sábado, 26 de septiembre de 2009

Mi Crónica Lectora.

En el año 1983 nací en el municipio de Ituango Antioquia. Mis padres se trasladaron al municipio del Carmen de Atrato Chocó, siendo yo un niño de apenas tres años de edad.
Viví una infancia común y corriente entre juegos, llantos, peleas, mimos y el cariño de mis padres.
Cuando tenía 5 años de edad comenzó una relación muy directa con la lectura y escritura es decir, ingrese a la guardería municipal en 1988, donde con ayuda de mis docentes inicié el conocimiento de la lectura y la escritura, recuerdo que mediante trabajos manuales, plastilina, planas llenas de frijoles, arroz, maíz así iniciaron los docentes a encaminarme por los caminos de la literatura y todas sus ramas.
Después ingrese a la escuela Luis Agudelo de mi municipio, hoy recuerdo como mis docentes nos enfatizaban en el conocimiento de las vocales y consonantes que en ese entonces era tarea difícil para un niño saber diferenciarlas. Debo reconocer que yo aprendía a leer y escribir con los métodos tradicionales, es decir que el docente explicaba y yo repetía y mecanizaba lo que El decía, mi primera cartilla, de aprendizaje de lectura y escritura fue Nacho Lee muy utilizada por los docentes de aquella época, como recuerdo cuando en mi cuaderno hacia las planas correspondiente a cada lección aprendida, ejemplo: Mi papá me ama etc. Después estuve en la capacidad de leer a Juan Matachín, Rin Rin Renacuajo, la pobre viejecita etc.
En la lectura recuerdo que estas fueron las primeras hechas por mí, según Larrosa experiencia es el saber que se adquiere en el modo que uno va respondiendo a lo que le va pasando a lo largo de la vida y que lo va conformando lo que uno es. Es decir todo a su debido tiempo y con sacrificio se aprende para la vida y una buena formación de lectura y escritura.
Ya en el bachillerato los docentes son más exigentes en cuanto a las novelas que se van a leer debido a la importancia para la vida diaria. Me leí: cien años de soledad, el lazarillo de Tormes, la vorágine, el coronel no tiene quien le escriba, el mío cid, la maría, don quijote de la mancha etc.
Estas son obras de gran trascendencia que he leído por el paso de mi bachillerato, estas han hecho en mi gran aporte a mi experiencia como lector como dice Gadamer: la experiencia nadie podrá ahorrársela, nadie aprende por la experiencia del otro. Es decir que el aporte que estas obras hicieron en mi es propio, particular e indescriptible solo yo sé lo que me han brindado en mi formación personal convirtiéndolo en una experiencia única.
La experiencia es un saber que nos enseña a vivir humanamente y nos ayuda a conseguir la excelencia en todos los ámbitos de la vida escolar, laboral, social, comunitario.
También es cierto que en el colegio los docentes nos colocaban a leer novelas y cuentos que no eran de mi agrado y muchas veces no terminaba de leerlas es decir no hacían ningún aporte a mi experiencia.
Porque según la Larrosa la experiencia se da cuando se confluye el texto adecuado, en el momento adecuado solo en estas causas la lectura es experiencia.
En el colegio con los métodos tradicionales es muy difícil que la lectura se vuelva experiencia por qué?, Porque en el colegio no leemos lo que queremos si no lo que el profesor le parece, siempre y cuando este tipo de prácticas educativas sigan vigentes la lectura nunca será experiencia para los nuevos ciudadanos que están en formación.
Ya en la actualidad todas las lecturas son experiencia para mí porque los módulos ayudan a mi formación académica como docente. En mis ratos libres me gusta leer sobre problemática actual y consultar en internet la vida y obra de grandes personajes políticos, además consultar el significado de palabras desconocidas. Esta clase de lecturas si me aportan a mi experiencia, porque yo soy concejal de mi municipio y quisiera llegar a actuar como los personajes que han sobresalido en la política, ese es el aporte personal de experiencia en mi vida diaria.
Larrosa nos dice para que la lectura sea experiencia hay que afirmar su multiplicidad dispersa y nómada, que siempre se desplaza y se escapa ante cualquier intento de reducirla.
Es decir que nosotros los docentes en formación debemos afectar de una manera concreta a nuestros alumnos. Acerca de los beneficios que le va brindar la lectura para su propia formación y experiencia, porque es algo que se traslada de generación en generación y nunca se queda estática.

Por: Jaiberth De Jesus Rios Oquendo
Centro Regional ANTIOQUIA

martes, 22 de septiembre de 2009

Ilustre 3 derechos de los propuestos por Pennac.


1…Derecho a no terminar de leer  un libro.
 Principal causa para no terminar de leer un libro, la pereza, falta del hábito de la lectura, escogencia del libro equivocado, después de tener tiempo para leer nos dedicamos a otra clase de actividades y no  valoramos el significado de leer un buen libro.





2…Derecho a leer en cualquier parte.
Después de estar leyendo un buen libro no importa en lugar, la bulla, la vestimenta que se tenga lo importante es el amor a la lectura, sea donde sea.


3…Derecho a leer en voz alta.
La forma más utilizada por nosotros los docentes para llegar con la literatura a nuestros alumnos, y de gran importancia para que nuestros alumnos puedan entender con más interés las fabulas y cuentos leídos en clase.    





CENTRO-REG-ANTIOQUIA




sábado, 19 de septiembre de 2009

TEXTO OPINATIVO

¿CONSUMIR DROGA ES FALTA DE IMAGINACION?
UN LIBRO DEBE SER EL HACHA QUE QUIEBRE EL MAR HELADO DENTRO DE NOSOTROS.



Esta pregunta es innegable, puesto que desde los inicios del hombre (como sujeto con pensamiento abstracto) la literatura ha estado inexorablemente ligada a él. No se puede concebir al ser humano sin la literatura. El hombre es hombre gracias a la literatura, y lo seguirá siendo hasta que se destruya a sí mismo.


En mi opinión no es que la literatura sea un valor. La literatura es todo escrito con significado y con fin comunicativo. Gracias a que nuestros antepasados crearon un sistema de signos para la palabra hablada, el cerebro humano en el cual se reflejan los actos del hombre ya sean positivos o negativos de acuerdo a sus principios y valores con los cuales ha vivido, en este caso es negativo ya que es el tema que nos convoca.


Mientras existamos los seres humanos, habrá literatura, habrán cuestionamientos, sinfín de voces para expresarse, diversas visiones de mundo y múltiples maneras de recrear el lenguaje para tornarlo estético en los textos. La historia ha corroborado lo importante que fue la literatura, somos testigos de lo importante que es actualmente y con seguridad es indispensable la literatura en el futuro, tanto como el alimento para el cuerpo como para crear ideales positivos dentro de nuestra vida, sin desviarnos logrando llenar vacios y espacios en este caso con drogas y demás vicios que lo único que hacen es hacernos daño y entrar en contradicción con nuestros principios.


Es por ello que gracias a la literatura en el futuro las nuevas generaciones podrán saber, todo lo que ocurría en estos tiempos, las formas de pensar y el por qué del comportamiento humano.


Desde entonces he tenido muy claro que la lectura en general y la lectura de obras literarias en particular, es uno de los instrumentos más eficaces para la formación de la personalidad y el conocimiento profundo del mundo que nos rodea y de nosotros mismos.


A través de la lectura se consigue el desarrollo de la capacidad de análisis y del sentido crítico. No se puede hacer una lectura bebiendo el libro como quien bebe las imágenes de la televisión; el lector tiene que analizar y tomar partido por lo que está leyendo.


Fernando Pessoa afirmaba que él no era capaz de leer fríamente un libro, porque al poco tiempo de estar desentrañando lo que relataba se veía a sí mismo como autor: «Después de unos minutos, quien escribía era yo, y lo que estaba escrito no estaba en ninguna parte».


Creo que de alguna manera el autor se difumina para que el lector cobre protagonismo. El autor, en el momento de la creación, da vida a unos personajes; pero si no existe el concurso del lector su obra está muerta.


Un libro cobra vida cuando un lector lo coge, lo hace suyo, lo cambia, lo tira: es, en fin, un acto de pasión. Ahí reside, precisamente, la magia de la lectura. En la lectura no hay entrega, sino participación.


Por otra parte y consecuente con eso, el lector adquiere libertad de criterio. El libro no es impositivo como pueden ser otras comunicaciones visuales: el cine y la televisión, esta última en mayor medida, en las que el espectador no puede transformar lo que está viendo.


El sentido de responsabilidad del lector puede llevarle a afirmar rotundamente: Esto no me interesa, por más que exista la autoridad de la letra impresa. Terrible ha sido en nuestro país, durante muchísimos años, la autoridad en general y la autoridad de la letra impresa en particular, y todavía seguimos con la autoridad de la imagen.


El hombre es un ser social; esto se viene diciendo desde los tiempos más remotos. Y es indudable que, el principal elemento de sociabilidad, es la palabra. Por tanto, en la medida en que dominemos mejor el uso del lenguaje seremos más completos, más perfectos, más útiles y posiblemente más felices.


Otro elemento básico es el de la sensibilización social que a mí me preocupa de manera muy especial. Durante mucho tiempo hemos sido menores de edad, hemos estado en una torre de marfil donde los problemas eran de los demás. Ha llegado el momento de afrontarlos. No hay soluciones mesiánicas ni superhéroes, es el colectivo social quien debe unirse para resolverlos.


Pienso que todos estos maravillosos objetivos no son sólo responsabilidad de la escuela. En una sociedad ideal, y por tanto en una sociedad lectora, la escuela no será el lugar donde habría que potenciar el amor al libro y a la lectura. Al llegar los niños a ella ya deberían tener un impulso adquirido en la casa, incluso antes de saber leer. Si ven a los padres que leen, que manifiestan placer en el hecho de ojear un libro, los hijos tratan de imitarlos. Pero, por desgracia, nuestro país no es lector. En la casa normalmente no hay libros y no existe lo que pudiéramos llamar un rango social de la lectura.


Vivimos, por desgracia, en una sociedad que no es lectora y por tanto una vez más recae sobre la escuela el peso de hacer de factor correctivo de una deficiencia social. En ella comienzan a introducirse los libros y la afición por la lectura. Yo creo que la lectura no debe ir paralela a la escuela. No necesariamente un buen lector tiene que ser un buen estudiante. Si el factor de canalización viene a través de la escuela habrá personas que automáticamente se descuelguen del hecho de la lectura.


Para concluir puedo decir entonces que debemos ofrecer a los lectores algo que responda a sus intereses y necesidades. Y en estos momentos contamos con una oferta rica y variada.


ELVA LUCIA GUTIERREZ
GLORIA PATRICIA GOMEZ SOSA
LINA ANDREA CHICA GUTIERREZ
ANTIOQUIA




lunes, 14 de septiembre de 2009

DERECHOS DEL LECTOR

DERECHOS DEL LECTOR: DANIEL PENNAC



• Derecho a no leer

• Derecho a no terminar un libro
 
   * Derecho a releer
• Derecho a leer cualquier cosa
 • Derecho al bovarismo
• Derecho a leer en voz alta
GLORIA PATRICIA GOMEZ S.
ELVA LUCIA GUTIERREZ
LINA ANDREA CHICA
ANTIOQUIA