sábado, 22 de agosto de 2009

Imagine que se han prohibido los libros de literatura en la escuela. ¿Cuál sería el futuro de los profesores, niños, escuela y la sociedad?

LOS LIBROS Y LA ESCUELA

Cuando se iniciaron los primeros cursos de escuela, la existencia de libros, propiamente dicho, era muy poca, por no decir que nula. La persona encargada de impartir conocimiento y educación partí de su propio saber, adquirido, ya sea por otra persona o por iniciativa propia, para ello se podía recurrir a las historietas, panfletos o cualquier otro papel escrito, sin que éste necesariamente cumpliera con el requisito de ser libro.

Pero ¿qué entendemos por libro?. A mi juicio, entiendo por libro todo documento escrito con una estructura definida por los que llamamos literatos. Lo anterior, por su puesto refiere al uso del papel y la tinta, además del resto de las características propias de un libro, que no pormenorizaré porque sin duda todos hemos tenido en nuestras manos uno.

Miremos lo que publicó al respecto Jordi Mustieles el 25/08/08,…” Según me lo contaron hará cosa de un par de años, cuando el representante de Google Book Search en España trataba de convencer a los editores para que emprendieran la digitalización de su catálogo y se sumaran a esta iniciativa, parece que uno de los ejecutivos con quienes se entrevistó trató de explicar su resistencia aduciendo simplemente que “un libro es un libro”. Esta descripción no es en absoluto simplista, contra lo que pueda parecer a primera vista, y pienso que podría interpretarse más o menos así: “El concepto ideal de libro se materializa exclusivamente en un objeto físico compuesto por un cierto número de hojas de papel impreso encuadernadas entre dos cubiertas”.
Tal interpretación responde perfectamente a la definición oficial de libro según la UNESCO (“Libro es una publicación impresa no periódica de al menos 49 páginas sin contar las cubiertas”)”

Entonces pensar en la posibilidad es de que se prohíban los en la escuela es factible, es más a la luz de la tecnología actual, sabemos la cantidad de información que encontramos en internet, documentos, definiciones, monografías, ensayos, en fin, cantidad de documentos que sin ser libros según la definición de la UNESCO, nos abre las puertas a otra forma de aprender y conocer.

Que desaparezcan los libros de la escuela no tiene porque afectar el desarrollo de los educandos ni la función propia del docente, claro está, si se le reemplaza por nuevos métodos de aprendizaje, nuevas fuentes de información, nuevos modelos pedagógicos que innoven el rol de la escuela en la comunidad educativa.

A mi parecer, se debe reevaluar realmente la pertinencia del libro como tal en la escuela, pues ésta no necesita de mamotretos de hojas amarillentas y roídas por el tiempo que a la final nadie lee, porque el la idea de leer, de por si, ya cambio, a raíz del desarrollo del mundo actual. Hoy día ya no sólo se leen paginas cargadas de letras, se leen actitudes, iconos, y lo más importante, la realidad del entorno y la cara triste o alegre de nuestros estudiantes y las realidades de su familia, y esta información tan importante en el acompañamiento, formación y desarrollo de los niños, no está escrita en ningún LIBRO.

No temas querido docente porque te quitan el libro, preocúpate si al quedarte sin éste, te quedas sin saber qué hacer.


ELVA LUCIA GUTIERREZ
GLORIA PATRICIA GOMEZ
LINA ANDREA CHICA

ANTIOQUIA

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