LITERATURA ETICA Y ESTETICA EN EL MUNDO DE LOS NIÑOS.
Nuestro principio y a la vez nuestro objetivo es que la literatura puede ser un buen instrumento de la educación integral, un buen recurso de la educación moral, al unísono con la educación lingüístico-literaria, para que nuestros niños y jóvenes alcancen un pensamiento autónomo, crítico y solidario. Las estrategias didácticas posibles no son, tampoco en este tema, un campo cerrado. Hay muchas posibilidades distintas y, en su mayoría, son combinables.
La velocidad no está sólo fuera, la hemos asimilado a la mente, que no para de hacer y de emitir imágenes, nuestro corazón late en clave de urgencia para que todo pase rápido y nada permanezca. Alzaga Ya nada anda a paso de hombre», nos dice, se ha perdido el diálogo con los otros, y el grave problema es que en esta civilización enferma no sólo hay explotación y miseria, sino que hay una correlativa miseria espiritual. La gran mayoría no quiere la libertad, la teme. El miedo es un síntoma de nuestro tiempo.
El video nos llama a revalorizarnos como personas, y a hundirnos en la realidad de los que padecen la injusticia física y moral, para así combatir nuestra soledad y romper con el sometimiento y la masificación, es decir, para salvarnos al mismo tiempo a nosotros mismos. Es una invitación a pensar nuevas formas de rebeldía contra un mundo envilecido que niega la dignidad del hombre y condena a la miseria a dos terceras partes de la humanidad. Una sociedad que, con el abismo real del paro y la zanahoria del consumo, nos vuelve serviles y nos encadena a la carrera por satisfacer comodidades materiales y necesidades con frecuencia artificiales, abocándonos al embrutecimiento y la frustración. En suma, el escritor argentino nos convoca a la resistencia para crear espacios de libertad individual y colectiva.
Los educadores tenemos ante nosotros un gran reto que, como señala ALZAGA, necesita que mantengamos la creencia en la perfectibilidad humana. La buena literatura ha tenido y siempre tendrá algo que decir en la lucha por la dignidad del ser humano y en la ingente tarea que aspira a conseguir un mundo más justo y solidario.
La mejor literatura es profundamente moral, por su propia esencia y naturaleza. Claro que comparto con otros muchos el rechazo a la instrumentalización de la literatura para predicar valores. Al mismo tiempo, creo que es hora de matizar que algunos de quienes afirmamos ese principio general, entre los cuales me cuento, sólo estamos en contra de este uso de la literatura cuando no consigue su objetivo. Es decir, cuando el fin didáctico y ejemplar queda por encima del estético, cuando deja de ser auténtica literatura. La literatura moralizante tiene un efecto, porque pierde su eficacia educativa. Constituye un doble fracaso, no sirve ni atrae, y ello con total independencia de la altura ética de sus contenidos.
En definitiva, buscamos afanosamente esa literatura, lejos del moralismo simplón y del panfleto maniqueo, pero que, desde un análisis crítico revelador y un empleo estético del lenguaje, me descubra ángulos inéditos en la complejidad del mundo y de lo humano, y me ayude a ser mejor como persona. Relatos emocionantes que nos interroguen, poemas que nos acerquen a textos dramáticos que nos faciliten ponernos en el lugar de los demás considerándolos como si fuéramos nosotros mismos. Obras, en fin, que acentúen nuestra sensibilidad, aporten nuevas ideas y conocimientos e impulsen el cambio de actitudes y comportamientos.
Ofrecerles a los niños, desde muy pequeños, libros adecuados a su comprensión y con auténtico estilo literario, que les muestren que la lucha contra la injusticia, larga y antigua, sigue siendo necesaria, que les enseñen a conocer las causas de las mayores atrocidades y a interrogarse por las causas de la injusticia y la desigualdad, es una forma de educarles no sólo para evitar delirios del pasado, sino para construir desde el presente un futuro distinto. Libros contra la guerra, la explotación, el racismo, etc., capaces de potenciar actitudes solidarias con los oprimidos y actitudes de rechazo ante comportamientos que provoquen marginación y discriminación. Obras que revelen la enorme riqueza de la diversidad y sus beneficios deseables para todos. Una literatura infantil y juvenil multicultural y comprometida que no apela a la sensiblería y la compasión, sí a la sensibilidad, el análisis crítico y la implicación personal.
Para concluir podemos decir entonces que el video señala la literatura como instrumento moral y la moral como pretexto literario es una pareja, como se ha señalado tantas veces, francamente difícil, proclive a caer en la manipulación, y que nunca puede forzarse. Sólo puede surgir de la pasión sincera de quien escribe y de la postura de compromiso personal de los educadores que, desde nuestras incertidumbres y contradicciones, la reclamamos y la difundimos.
LINA ANDREA CHICA GUTIERREZ
GLORIA PATRICIA GOMEZ SOSA
ELVA LUCIA GUTIERREZ
ANTIOQUIA
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Estimadas compñaeras se les olvido que este texto no es escrito por ustedes sino por Isabel Tejerina Lobo, Literatura ética y estética...
ResponderEliminarEsta en Cervantes virtual...
Saben que yo de Isabel les haria saber lo molesta que estaría de encontrar un escrito que haya costado critica, creatividad y posición frente al mundo....